Resumen
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Desde hace 15 años, nuevos estudios en la historia política de América Latina han demostrado que la crisis de la monarquía católica comenzó con la invasión napoleónica de España en 1808, lo que aceleró una controversia en torno a la soberanía. Sin embargo, algunos de estos estudios también sugieren que las reformas borbónicas ayudaron,en gran medida, a exacerbar muchas de las fricciones existentes al momento de la invasión. Este ensayo espera sumarse a esta línea de análisis al demostrar que las políticas ilustradas de los Borbones fueron paradójicas ya que, por una parte, intentaron imponer una modernidad legal en donde la Corona y no los cuerpos, garantizaría el bien común de los ciudadanos, pero, por otra, solo lograron desestabilizar su propia legitimidad. Estas nuevas políticas significaron la ruptura de la idea de comunidad y de pertenencia de la sociedad novohispana que erosionó la legitimidad histórica de la monarquía católica que, a lo largo de los siglos, había garantizado los privilegios de los distintos cuerpos y con esto, la estabilidad política. Las prácticas del cristianismo y sus manifestaciones de fe, dejaron de ser el fundamento del ejercicio del poder monárquico. Al intentar vigilar y controlar las practicas públicas religiosas y los privilegios de los cuerpos constituidos, la Corona cuestionó la búsqueda colectiva de la salvación y el espacio cósmico que vincularon a los fieles a un orden universal determinado por la voluntad divina y fundamentado en las costumbres locales. En su afán de controlar los privilegios de los cuerpos, la Corona fortaleció su derecho de Patronato Regio frente a la Iglesia, inició una política agresiva de secularización y fiscalización e impuso un sistema de piedad austera que cuestionó su derecho a gobernar, que marcó el principio del fin de la Monarquía Católica.
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